Un hombre tan seguro de sí, que no tema mi plena realización como mujer, y que jamás me considere un rival, sino que seamos eternos compañeros el uno para el otro.
Un hombre que conozca mis errores, los acepte y me ayude a corregirlos, que sepa reconocer mis valores espirituales y que sobre ellos me ayude a construir mi mundo.
Un hombre que con cada amanecer me ofrezca una ilusión. Que alimentemos nuestro amor con delicadeza, para quien una flor entregada con un beso tenga más valor que una joya enviada por un mensajero.
Un hombre con el que pueda hablar, que jamás corte el puente de la comunicación y ante quien me atreva a decir todo lo que pienso, sin temor a que me juzgue o a que se ofenda. Y que sea capáz de decirmelo todo inclusive que NO me AMA...
Un hombre que tenga siempre los brazos extendidos para que yo me refugie en ellos cuando me sienta amenazada e insegura, que conozca mi fortaleza y mi debilidad, pero que jamás se aproveche de ellas.
Un hombre que tenga abiertos los ojos a la belleza, a quien lo mueva el entusiamo y ame intensamente la vida. Para quien cada día sea un regalo inapreciable, aceptando el dolor y la alegria con igual intensidad.
Un hombre que sepa ser más fuerte que los obstáculos, que no se amilane ante la derrota y para quien aún los contratiempos sean estímulos y no adversidades.
Un hombre que se respete a sí mismo porq así sabrá respetar a los demás. Que no recurra jamás a la burla, ni a la ofensa, gestos que rebajan más a quien los envía que a quien los recibe.
Un hombre que disfrute dando y sepa recibir, y que disfrute de cada minuto como si fuera el último...